Cómo prepararte psicológicamente y físicamente para el parto.
Las últimas semanas del embarazo son la cuenta atrás para uno de los días mas felices de tu vida, pero también, no nos engañemos, es uno de los días más difíciles para la mujer. Con el primer hijo, eres nueva, no sabes que va a pasar, por lo que se hace un pelín más fácil. Con el segundo, es cuando te entra el pánico a parir.
“Chicas, necesito ayuda. Me queda un mes para el parto y estoy acojonada. ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo lo vivisteis vosotras?”
No sólo me contestaron por el grupo de whatsapp, sino que cada una de ellas me escribió individualmente para darme sus consejos.
Tengo miedo al parto
Ser madre, estar embarazada, dar a luz, dar el pecho, todos estos temas son tan bonitos, tan difíciles y tan diferentes para cada persona al mismo tiempo que siempre crean mucha polémica. Lo que me sirve a mí tal vez no sea lo que te sirva a ti pero yo quiero compartirte mis secretos.
Lo primero que me parece muy importante es darte un tiempo largo antes de la fecha indicada para el nacimiento. Esta vez paré de trabajar justo un mes antes del parto y ahí es cuando me entro el pánico.
Os cuento desde el principio.
Tengo un hijo de dos años y medio y trabajo 32 horas a la semana. Con el segundo hijo digamos que le dedique menos tiempo a mirar si el feto era del tamaño de un limón, una sandía o una calabaza. Se me pasaron las semanas volando y cuando iba a las revisiones, tuve que apuntarme las cosas más de dos veces porque se me olvidaba lo que tenía que hacer. En resumen, estaba muy relajada.
Estaba tan relajada que cuando pare de trabajar, me di cuenta que no había ido a andar, no había hecho ningún curso de preparación al parto y había palabras técnicas como tapón vaginal que me asustaban.
Por un lado haber dado a luz del primero me tranquilizaba. Ya lo había hecho una vez así que supuestamente me sabía la teoría y la práctica. Por otro lado, esa misma experiencia era la que me atemorizaba por las noches. Se me llenaba la cabeza de pensamientos negativos tales como: igual le pasa algo al bebé, no soy lo suficientemente fuerte, no tengo fuerza física, me va a doler mucho, no me van a poner la epidural cuando yo quiero, etc.
El tiempo de reflexionar antes de la fecha, un mes, hizo que me fuera relajando poco a poco. Pude estar sola conmigo misma y buscar información por internet. Centrarme un poco en lo que iba a pasar. Hable con mis amigas y todas me animaban pero fueron tres mensajes los que se quedaron en mi memoria.
1. Linda, sincera y muy convincente me dijo:
"Elena, I think you are extremely conscious about your feelings and you have the beautiful power to rework your emotions and give them a place. Just like you do with your writing I am sure you will find a way to channel this energy to positively experience the birth of Maya. Feeling insecure is all normal but you know you have the mind and body strength to do that. Use your day to find out what is the best though to keep you motivated and you will be fine.""
Creo que este mensaje es precioso. A parte de darme consejo, ella me recordó algo bueno de mí que me dio fuerza y seguridad para empezar a dejar de tener miedo.
2. Brenda me sorprendió con el legado de unos bonitos mantras que su hermana le mando:
"Hola guapa estaba buscando estas imágenes y estos textos que me ayudaron mucho antes y durante el parto. Los veía y los repetía en voz alta y en mi cabeza. A mí me sirvieron como un mantra y un recordatorio de que mi bebé y yo fuimos una misma durante el parto y las dos hicimos equipo."
3. Tosca me contó su experiencia. Tosca es una mujer holandesa, una mujer de esas que piensas, ¡que fuerza tiene! En Holanda la mayoría de las mujeres no usan la epidural, creen en el parto natural. Ella tuvo un parto natural. Me dijo:
"En mi parto busqué en mi mente algo que me hiciera sentir bien. A mí me gusta mucho navegar, cuando me venía la contracción yo intentaba relajarme y con los ojos cerrados imaginarme que iba en un barco navegando."
En el momento que me contó esto no pensé que me ayudaría. ¿Un barco? ¿Algo que me guste mucho hacer? No creo que eso me sirva.
El día del parto llego con una semana de retraso. El miedo con el paso de los días se fue y las ganas de ver a mi niña ganaron. Los consejos de mis amigas me sirvieron para ver lo mucho que me quieren y me intentan ayudar. Para recordarme que sí que puedo y para no olvidarme de lo bonito que es dar a luz. Cada una de ellas lo han hecho y yo con su apoyo lo conseguí hacer sin tanto miedo.
En el momento de más dolor estaba hiperventilando y no conseguía relajarme. Entonces me vino a la mente el barco avanzando por el agua. Ví que me funcionaba y enseguida lo transforme a una piragua que avanza por el agua. En la piragua me siento a gusto, en casa y aunque estuviera sufriendo sabía que iba a llegar remando sin parar. Gracias Tosca.
Espero que mis consejos o más bien los consejos de mis amigas tambien te puedan servir a ti.
Un beso y nos vemos en el siguiente post.
Que gran verdad. Es tanto el amor que sientes cuando crece una vida dentro de ti, que el miedo a perderlo o a que algo salga mal es grandísimo. Supongo que sentir miedo es normal, se vuelve parte de la vida de una madre.
Este post me recuerda que un amiga me dijo un día que una madre comienza a preocuparse por su hijo el día que el test de embarazo da positivo.
Por eso, en mi caso, a partir del segundo hijo que tuvo que quedarse ingresado 4 días tras el parto, el peor miedo es el que el niño tenga algún problema que no se haya detectado en el embarazo. En la zona de neonatos, conoces a padres que llevan semanas acudiendo a diario a ver a sus hijos y celebrando cada gramo que ganan.